Primeramente, que es la justification del pecador?
Pues, en pocas palabras, es el perdón de los pecados.
En la iglesia Catolica, la justificación ocurre de dos maneras.
La justificación del pecador por la fe expresada en buenas obras. Dios toma en cuenta nuestras buenas obras hacia el prójimo. Asi nos dice Jesus:
Lucas 11:41
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
41 Pero dad limosna de lo que tenéis, y entonces todo os será limpio.
Y ademas:
Mateo 19:21
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
21 Jesús le dijo: Si quieres ser perfecto, anda, vende lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven y sígueme.
Entonces, es cierto el dicho espiritual:
Santiago 2:24
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
24 Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.
La justificación del pecador a cabo de las obras es el sistema que heredamos de los Judios.
Pero Jesucristo instituyo otro sistema. El sistema Sacramental. Este es el sistema que San Paulo considera
la justificación del pecador por la fe aparte de las obras.
Estos dos sistemas se combinan perfectamente en la teología de la Iglesia Catolica.
La justificación por la fe sin las obras describe de forma sucinta los sacramentos del Bautismo, Confirmación, Reconciliación, Unción y la Eucaristía. En estos Sacramentos, Dios nos perdona los pecados and el lavado de gracia por medio del Espiriitu Santo.
La Iglesia Católica enseña que los sacramentos son las obras de Dios:
740 Estas "maravillas de Dios", ofrecidas a los creyentes en los Sacramentos de la Iglesia, producen sus frutos en la vida nueva, en Cristo, según el Espíritu (esto será el objeto de la Tercera parte del Catecismo).
987 "En la remisión de los pecados, los sacerdotes y los sacramentos son como instrumentos de los que quiere servirse nuestro Señor Jesucristo, único autor y dispensador de nuestra salvación, para borrar nuestras iniquidades y darnos la gracia de la justificación" (Catecismo Romano, 1, 11, 6).
Estos sacramentos confieren la gracia en la medida de nuestra fe:.
La Iglesia enseña que el efecto del sacramento viene ex opere operato, por el hecho mismo de ser administrada, independientemente de la santidad personal del ministro que lo administra [3] Sin embargo, un propia falta de disposición del destinatario apropiado para recibir la gracia transmitida puede bloquear la eficacia del sacramento en esa persona. Los sacramentos suponen la fe ya través de sus palabras y los elementos rituales, nutrir, fortalecer y dar expresión a la fe. [4]
http://en.wikipedia.org/wiki/Sacrame...atholic_Church
La justificación por la fe y las obras es la preparación del hombre para la recepción de la gracia en los sacramentos:
2001 La preparación del hombre para acoger la gracia es ya una obra de la gracia. Esta es necesaria para suscitar y sostener nuestra colaboración a la justificación mediante la fe y a la santificación mediante la caridad. Dios completa en nosotros lo que Él mismo comenzó, “porque él, por su acción, comienza haciendo que nosotros queramos; y termina cooperando con nuestra voluntad ya convertida” (San Agustín, De gratia et libero arbitrio, 17, 33):
«Ciertamente nosotros trabajamos también, pero no hacemos más que trabajar con Dios que trabaja. Porque su misericordia se nos adelantó para que fuésemos curados; nos sigue todavía para que, una vez sanados, seamos vivificados; se nos adelanta para que seamos llamados, nos sigue para que seamos glorificados; se nos adelanta para que vivamos según la piedad, nos sigue para que vivamos por siempre con Dios, pues sin él no podemos hacer nada» (San Agustín, De natura et gratia, 31, 35).
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Un adulto que convierte a la fe de Jesucristo, debe justificarse en la preparación para los sacramentos mediante la realización de obras dignas de penitencia. Él lleva a cabo estas buenas obras mediante el ejercicio de la fe en Dios. Así como nos ejercitamos los músculos, esto fortalece su fe haciéndolo más abierto a recibir la gracia santificante del Espíritu Santo, que lo transforma de acuerdo con su fe. Entonces se le envió de nuevo para continuar haciendo las obras que Dios preparó para él desde el principio de los tiempos y seguir para ejercer y ampliar su fe para que se vuelva más abierto y bien dispuesto para recibir la gracia santificante que más se comunica por los Sacramentos.
Lo cual es completamente consistente con la Escritura que dice:
sólo hacedores de la ley serán justificados (Romanos 2:13),
aparte de las obras de la ley (Romanos 3:28).
Que Dios los bendiga.
Atentamente,
De Maria
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